Este proyecto fue parte de la Ampliación del Canal de Panamá. El tapón de Gatún era una masa de tierra y rocas que separaba temporalmente el lago Gatún del complejo Atlántico del tercer juego de esclusas del Canal de Panamá. Su estabilidad era primordial, pues una rotura del mismo ocasionaría la inundación de las obras de construcción de las nuevas esclusas.
El monitoreo de su estabilidad se realizó mediante la instalación de 3 inclinómetros fijos automatizados, de otros tres inclinómetros de lectura manual y de 5 piezómetros abiertos.
Los inclinómetros fijos tenían una profundidad de 32 m, con sensores inclinométricos emplazados cada 2 m. Estaban conectados a dataloggers para su lectura automatizada y programados para la realización de una medida cada 6 horas.
Los otros tres inclinómetros consistieron en una tubería inclinométrica instalada dentro de una perforación, destinada a ser leída mediante una sonda inclinométrica manual. Cada uno de ellos tenía una longitud aproximada de 36 m y se situaron a lo largo del tapón, en el eje, lado Este y lado Oeste, en una posición más centrada que los fijos referidos anteriormente. El espacio anular entre la tubería y las paredes del sondeo se rellenó mediante una lechada de cemento empleando una manguera para efectuar la inyección desde el fondo del sondeo, para poder garantizar el correcto relleno de este espacio a lo largo de toda la tubería.
En cuanto a los piezómetros abiertos o de Casagrande, se emplazaron en un grupo situado en el eje del tapón. Cada piezómetro consistía en una tubería de PVC instalada en el interior de un sondeo, ranurada en cada piezómetro a distintas profundidades para poder medir el nivel piezométrico a distintas cotas.